Phone House, 3 años llevando agua a Kenia con la fundación Emalaikat

Desde el año 2013, Phone House colabora con la fundación Emalaikat para llevar agua al desierto de Turkana, al norte de Kenia, en las fronteras con Sudán del Sur y Etiopía. Su población nómada, residente en una de las zonas más inhóspitas de nuestro planeta, depende de sus animales para sobrevivir. Las frecuentes sequías y la falta de recursos les empujan a entrar en conflicto con las tribus vecinas y con situaciones de hambre constante, a merced de la ayuda internacional.

Surcos en el Desierto fue creado como una iniciativa para enseñar a esas poblaciones a labores de agricultura y que aúna la experiencia de más de 25 años en la zona con la actividad de voluntarios israelíes cultivando en el desierto.

La labor que desempeña la fundación Emalaikat consiste en un programa de cursos de 6 meses en la huerta modelo de la Misión de Lobur (en el norte de Turkana). El curso se organiza en grupos de entre 15 y 20 turkanas, mujeres y hombres indistintamente, que aprenden el ciclo completo, desde preparar la tierra hasta cosechar. La formación se compone de  la parte práctica donde experimentan todas las áreas de la agricultura y de parte teórica. Algunos de los contenidos son:

Preparación de abono, preparación de la tierra, planificación de los cultivos, vivero, instalación del regadío, monitorización, control de malas hierbas, cosechar… También reciben clases de cocina para saber cómo comer los nuevos alimentos. Y como la mayoría de los alumnos son analfabetos, también han introducido clases de alfabetización.

Una vez acaban el curso, los alumnos ya como graduados vuelven a sus lugares de origen y se les entrega un kit de regadío más todas las herramientas que necesitan para empezar una huerta de 500 m2.

Durante los cinco primeros años que esta fundación comenzó su labor, han formado a 98 graduados con sus asistentes. En este momento tienen a 155 agricultores activos en 112 huertas. Producen comida para sus familias y para una media de 4.000 niños entre 2-6 años que acuden cada día a los centros nutricionales de toda la zona. En casi cada centro hay un agricultor que puede proveer de verduras y frutas para la comida, judías y maíz, que se les da cada día a los niños. Hasta ahora la comida consistía en judías y maíz; con las verduras se produce el gran cambio nutricional.

La Fundación Emalaikat sigue adelante y con mucha ilusión porque va viendo cómo cada vez van teniendo más y más agricultores en Turkana. En Phone House estamos muy contentos y satisfechos de poder colaborar con fines tan enriquecedores y solidarios y ayudar a que la población africana se labre su propio futuro.

Visita www.fundacionemalaikat.es para saber más sobre el proyecto “Surcos en el Desierto” de la Fundación Emalaikat.